viernes, 20 de abril de 2007

Vivimos en un mundo extraño






Mañana me marcho a Barcelona, una ciudad a la que dedico unos días todos los años, buscando la excusa de un concierto o algún evento de gran magnitud para perderme una vez más por sus calles. Es una escapada y un reencuentro al mismo tiempo, ya que es una ciudad con la que me identifico y en la que me siento como en casa. Esta vez la excusa no es otra que la actuación que Roger Waters ofrecerá en el Palau Sant Jordi, y que promete ser uno de mis momentos álgidos de 2007. Y es que el año pasado pasé por una preocupante fase de obsesión con "The Wall", un disco que pertenece más al propio Waters (y a Bob Ezrin) que a Pink Floyd, una obra compleja, tan oscura y retorcida como grandilocuente y genial.


Cuando empecé a ver martillos gigantes caminando por las calles decidí que ya era hora de cambiar a discos más positivos y energéticos, pero mientras duró la fiebre fueron unos meses en los que la asfixiante atmósfera del disco fue apropiándose poco a poco de mí, rozando la paranoia, lo que demuestra la calidad de un álbum que va más allá de una serie de canciones con gancho (de hecho, muchos se quedaron en el "We don´t need no education"). La obra definitiva de Waters, y para mi gusto, de Pink Floyd. Ya hablaremos largo y tendido de él, aun a costa de mi salud mental.






Vivimos en un mundo extraño. Porque mañana disfrutaré del "Dark side of the moon tour" con un gigante de la historia del rock, y hoy me he enterado de que Alejandro Sanz va a sacar un disco en inglés en el que va a homenajear a Pink Floyd nada menos. Todavía trato de asimilarlo. ¿Qué canción va a versionear? ¿Dogs tal vez? ¿Echoes? ¿Se imaginan una versión aflamencada de Breathe? Mejor no pensarlo.

Everything is connected. Para bien o para mal.


Ahora mismo suena "Brain Damage", y siento cierta inquietud. Y no sólo por la noticia mencionada. Imagino que el tiempo nublado, muy pinkfloydiano, tiene algo que ver.




La semana que viene estaré de vuelta y con nueva sección: "El espíritu de Labordeta" (algunos ya la conocen), en la que contaré mis aventuras catalanas, rambla pa´rriba, rampla pa´bajo.

Mientras tanto, sean buenos y escuchen "Pet Sounds" de Beach Boys.

There is no dark side of the moon really. Matter of fact it's all dark.

5 comentarios:

Jagglitros dijo...

De extraño nada, Adso, todo tiene su lógica y usted debe entenderla perfectamente. Vamos a ver, si ALejandro Sanz quiere empaparse de esa bendita filosofía de vida llamada "velvetinismo" que no se despegue de su querido amigo Miguel Boxset y que aprenda a ser como él, cosa que ahora que lo pienso, veo prácticamente imposible; pero de ahí a tirar por Pink Floyd...Alejandro, joé, ¡poquito a poco! "Jau ai güish yu güer jiaarr" (con voz susurrante de recién levantao).

No dude de que espero ansioso esa reaparición del espíritu de Labordeta sobre el show de Richard Gere-Rogelio Aguas y sus anécdotas adyacentes más auténticas que las del mismísimo Julián Ruiz, quicir.

Anónimo dijo...

Empieza a parecerme que tienes una curiosa inclinación no sólo por lo maldito (eso ya sabía) sino también por lo grandilocuente, lo grave, lo concebido con aspiraciones de trascendencia. Curiosa, al menos, para un posmoderno en potencia ;).

Yo no soy posmoderna (ni lo seré ya), pero cada vez me cansan antes las narrativas ambiciosas y los delirios egomaníacos, y en cambio aprecio más ces petits riens aparentemente intrascendentes. Será la edad :).

Encantada de leerte, en cualquier caso.

José Viruete dijo...

Ay, el Pet Sounds... pues no me gustó tanto como esperaba, a pesar de haber canciones cojonudas. ¡Glups!

Adso dijo...

Señor Viruete, de la misma manera que le dije que la música de Journey es "belleza", lo mismo puedo decir de "Pet Sounds". Creo, en serio, que debería de volver a escucharlo. Pero entero y por orden, nada de canciones sueltas.

José Viruete dijo...

Me lo escuché entero, la duda ofende!
Por ti le daré otra escucha en breve.