lunes, 30 de julio de 2007

Ingmar Bergman


Hoy ha muerto uno de los mejores directores de la historia del cine. Supongo que debería realizar una sesuda reflexión sobre lo que significa para mí contemplar su cine, un cine que me deja con los ojos y la mente abiertos de par en par. Un cine que evita ser simple espectáculo para convertirse en ventana a la psique humana, a nuestros miedos, que atraviesa todas nuestras armaduras mentales y nos destroza al mostrarnos todo lo que no nos atrevemos a afrontar ni reconocer. Y también un cine que en sí mismo a veces es puro y simple cine, y pura y simple belleza. Arte con mayúsculas. Debería realizar dicha reflexión, pero no me veo con suficientes fuerzas. Os adjunto en todo caso el pequeño comentario que escribí tras ver "Persona":

No resulta nada fácil explicar lo que transmite este film. Dos mujeres opuestas e iguales, o más bien, las dos caras de una misma moneda (el pragmatismo contra la idealización, la locuacidad contra el silencio, la seguridad protectora contra la inestable incertidumbre, Alma y Elisabet). El aislamiento como huída de la falsedad, de la mentira que mostramos en cada cosa que decimos y hacemos, como escudo a un miedo a reconocer nuestras miserias, nuestro miedo a la muerte, a la insignificancia, disfrazado de ego y falsa seguridad. La vida como representación, como película con inevitable final que vuelve fútil todo lo que hacemos, somos, creemos. La soledad, la amistad, la identidad, el sexo, el amor, el vacío, la muerte y el teatro en el entorno idílico de una playa desierta y aislada. Rodado como un film experimental, para jugar con la realidad y la ficción de la historia (o de la no-historia, porque el argumento es casi una anécdota) se trata de un film complejo, fascinante y hermoso (belleza en la fotografía, en el paisaje y belleza en las dos actrices), un film que podríamos tildar de intelectual, pues con él, Bergman pretende ir más allá de la simple historia realista y atacar directamente nuestra psique. Y vaya si lo consigue.

De todas maneras, no se me ocurre mejor manera para rendirle un homenaje que presentar unas muestras de algunas de mis películas favoritas:



Persona, 1966



Fresas salvajes, 1957



El séptimo sello, 1957



Un verano con Mónica, 1953

No deja de ser curioso que esta mañana publicara una entrada sobre Woody Allen reflexionando sobre las cosas por las que merece la pena vivir, entre las que figura "Algunas películas suecas". Todo está conectado.

Descanse en paz. Se lo ha ganado.

2 comentarios:

SisterBoy dijo...

Yo tampoco había escrito nunca dos entradas tan seguidas pero si Bergman no lo merece ¿entonces quien?

Adso dijo...

Sin duda. Uno de los más grandes. Que al día siguiente muriera Antonioni es la repanocha, aunque no tengo simpatías por el autor de Blow Up. Claro que un tipo que pone a mujeres desnudas y a los Yardbirds en un mismo film no puede ser mala persona.